jueves, 17 de mayo de 2012

Corporocracia, 3


Dónde estamos, de dónde venimos, a dónde vamos y porqué alguien pide Democracia. (y III)

En esta última entrega pretendemos concluir con la falacia que nos conduce aquí a la Corporocracia. Las corporaciones presionan a los gobiernos como hemos visto, sin embargo la presión ciudadana, el “lobby ciudadano” no existe, pues cuando vota, que sería el momento, ya ha sido convenientemente desinformada y desarmada.

La ciudadanía vota y apoya a estos partidos porque los políticos les han convencido que las políticas corporocráticas son las adecuadas para el conjunto. Pero ya estamos viendo que no es así. La ciudadanía cada día en sus actos cotidianos también participa de esta lógica, consumiendo sin cuestionar la Responsabilidad Social que esa empresa tiene con el país y con el mundo. Y por último esto se sustenta en la recompensa que obtienen los partidos políticos, en EEUU se consigue financiando las campañas, donaciones públicas y legales, con lo que allí ya saben a qué atenerse, son más conscientes que aquí de cómo funciona. En China las corporaciones felicitan al estado “comunista”, y en España, vemos casos poco higiénicos a primera vista de políticos en cargos de consejero (8), o condonación de deuda (9) al partido político, etc. Son por ejemplo el caso de un exministro durante la época en la que se vendió Endesa a Enel, y ahora es consejero en Enel (con capital Italiano) con el consiguiente daño a las finanzas del estado pues los dividendos que reparte la eléctrica ahora se los queda Italia; y la condonación de 12 millones de euros por parte del Santander al partido político, posteriormente vimos un indulto a un consejero del banco.

Después tenemos las múltiples empresas creadas por los propios partidos políticos (fundaciones) y empresas públicas que supuestamente gestionan lo que muchas veces ya deberían gestionar los propios ayuntamientos con su ya existentes funcionarios o concejales. Según el medio ABC son 52.000 millones (10) lo que nos cuestan estas empresas públicas, las subvenciones publicadas (11), y proyectos ruinosos que acaban asumiendo en deuda la ciudadanía (12).

Esto nos lleva una situación sin control, que propicia los expoleos que presuntamente se han llevado a cabo en nuestra geografía y que están siendo investigados por los juzgados como el caso Emarsa, Noos. Gürtel, los ERE's de Andalucía, etc.

¿Porqué se permiten el situar empresas en los paraísos fiscales para llevar capitales? Buena pregunta... a mí no me sirven, ni al autónomo, ni a la PYME. Aquí también se enlazaría con el concepto de dinero fiat, y anónimo.

Y todo apoyado sobre una prensa libre que se puede preguntar o cuestionar hasta qué punto es libre, y hasta qué punto depende de las ayudas directas o indirectas del estado, de todos, y por lo tanto ven mermada su imparcialidad y capacidad de informar libremente.

Como vemos son importantes las dependencias de algunos medios de las decisiones políticas. Es difícil una vez más, distinguir entre ayudas para mantener la pluralidad, y ayudas para mantener la afinidad política y propaganda. A mi modo de ver, si se quiere apoyar la pluralidad, y para no levantar sospechas, estas suscripciones, por ejemplo, debería ser del mismo número todas por igual y no arbitrariamente.



Ahora ya sabemos dónde estamos y cómo hemos llegado, de dónde venimos para qué contarles... lo importante va a ser decidir a dónde vamos.

Para ello creo que no hay que caer en la tentación de seguir la ley del péndulo, y recoger recetas “fáciles”, como pensar que si las corporaciones han ejercido su presión hay que prohibir la propiedad privada o multinacionales, o la economía de mercado; o que si los políticos han sido unos malos gestores beneficiando a unos pocos entonces deberíamos poner a alguien que tenga mano dura “para hacer lo que hay que hacer” y con un nombre chocante como nacionalsocialismo o falangismo; ni tampoco caer en el puro victimismo de los ciudadanos que nos hemos endeudado y especulado con el ladrillo, o que hemos vivido muy bien con buenas vacaciones merecidas, y renunciar a buenas condiciones laborales, porque los ciudadanos ya hemos pagado el “error” con desahucios, desempleo, recortes salariales (¿hasta dónde hay que bajarlo con la excusa de la competitividad? Vea la tabla)

Simplemente hay que dirigirse hacia la Democracia, para el bien real de la ciudadanía, retirar a los partidos Corporocráticos y establecer partidos políticos que representen realmente el espectro ciudadano y sus sensibilidades, para que desde ese parlamento (o la forma que se decida) de la soberanía del pueblo se decida (si es que así lo decidimos en ese momento) que deben asumir ese error las corporaciones y los bancos que son ineficientes y lastran y dilapidan nuestros recursos (tanto financieros como materiales) y han hecho mal las cosas prestando lo que no podían prestar o calculando mal su refinanciación (prestando a largo y pidiendo a muy corto plazo), tal y como hizo Argentina en 2001, e Islandia en 2008 (13). Y tras ello establecer las condiciones de sociedad apropiadas para el conjunto y no para ningún subconjunto.

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